Encuentro con los jóvenes del Movimiento 20-F

Guillaume Jacquemart, 30/06/2011

Del 27 al 29 de junio, la asociación Pro Derechos Humanos y la Universidad Autónoma de Cádiz organizaron una serie de encuentros para presentar el Movimiento 20 de febrero a la población local, invitando a tres jóvenes militantes del norte de Marruecos: Kamilia Raouyane (de Rabat), Fouad Akhrif y Bilal El Jamaa (de Larache). El objetivo de estos encuentros está claro: informar a los ciudadanos sobre la sociedad marroquí en plena ebullición desde el mes de febrero del 2011, en lucha para obtener una democracia real.

Frente a la desinformación de los medios de comunicación marroquíes y europeos, es una gran oportunidad para ellos dar a conocer su combate en Europa. Afirman que “la realidad marroquí está maquillada”, y presentan un país corroído por el desempleo, la corrupción, el tráfico de droga, la injusticia social. Un país donde los programas educativos y sanitarios, son rotundos y dolorosos fracasos, donde todos los sectores económicos están minados por huelgas repetitivas. Critican también el hecho de que el rey Mohammed VI, su familia y su círculo de amistades controlan la economía del país. Para ellos “no hay ninguna salida, ningún futuro” y quieren ante todo “una vida mejor y una democracia real”. Llenos de determinación agregan “nosotros vamos a luchar hasta el final”.

He aquí las razones que los empujaron, tanto a ellos como a millares de jóvenes a tomar la calle el 20 de febrero del 2011, primera gran jornada de movilización del movimiento. Se empezó a considerar la manera de organizar la manifestación a mediados del mes de enero, después de que tuvieron lugar las revueltas de Túnez y Egipto. Gracias a internet y a las redes sociales, pudieron ver que en otros países sometidos por regímenes autoritarios, era posible cambiar una situación que parecía inamovible.

Por otra parte, Facebook fue la piedra angular para la organización de la primera gran manifestación que debía tener lugar inicialmente el 27 de febrero del 2011. El frente Polisario (movimiento político que lucha por la independencia del Sahara Occidental) organizaba ya una manifestación para esta fecha, y para evitar que hubiera una amalgama política, entre los dos movimientos, los jóvenes militantes movieron la fecha para el 20 de febrero.

¿Qué pasó ese día allá? Fouad Akhrif, con fotos en mano, nos explica que la movilización fue duramente reprimida. “Nos manifestábamos pacíficamente, pero era un caos en ciertas ciudades” nos cuenta, “mujeres y niños fueron golpeados […] 5 personas murieron durante este día de manifestación, golpeados hasta morir en una comisaría. Evidentemente la prensa se abstuvo de hablar en sus artículos de estas muertes, y de evocar el caso de esta mujer de 25 años que se inmoló, desesperada por su situación después de ser rechazada en un alojamiento social. Lo anterior recuerda al caso del tunecino Mohamed Bouazizi, titulado y sin empleo, cuya inmolación desató el 17 de diciembre del 2010 la revolución del Jasmín, la cual expulsó a Zine ben Ali, después de 23 de poder. Fácil de entender, entonces por qué los medios marroquíes no hicieron eco a este suceso.

La represión no se detiene ahí. Numerosos militantes fueron detenidos. Fouad Akhrif explica que tan sólo en la ciudad de Larache, hay 41 personas detenidas y condenadas con penas de entre 2 y 10 años de prisión. Y agrega por otra parte que hay 7 militantes en la misma situación en Tétouan y 23 en Tanger.

El Ministerio de la Comunicación explica esta represión mediante el hecho de que los jóvenes del movimiento 20-F no tienen ninguna autorización preferectoral para manifestarse. Los militantes presentes en la mesa redonda explican que quieren manifestarse de una manera espontánea, y que no esperarán por supuesto, una posible autorización para organizar una manifestación. Cuentan también que el poder, está siempre listo para impedir las manifestaciones, va hasta a amenazar a las familias de los militantes en sus propias casas, recordándoles que deben vigilar y controlar a sus hijos.

¿Cuál es el papel de la mujer en este movimiento? Kamilia Raouyane nos hace recordar que no es la primera vez que las mujeres luchan en un movimiento social, y que ellas apoyan y animan de la misma manera que los hombres al movimiento 20-F. Precisa sin embargo, que existe una diferencia entre el sur de Marruecos, más progresista sobre esta cuestión que el norte, más conservador. En Rabat y Casablanca, las mujeres no tienen problema para salir a manifestarse, aún más si pertenecen a familias con una larga tradición de militancia política o asociativa. Por el contrario en Larache, las reuniones del movimiento deben estar organizadas más temprano por la tarde, para que no tengan problemas con sus familias. Pero en general, la mujer marroquí participa desde el primer día en el movimiento, y debe sobre todo hacer frente a las críticas emitidas por el poder o los medios de comunicación, quienes las infantilizan, anticipando que no están lo suficientemente educadas para militar.

Esta campaña de denigración no apunta sólo a las mujeres del movimiento 20-F. Los medios de comunicación y el poder describen a los jóvenes militantes como personas que no aman a su país, terroristas financiados por los occidentales, ateos que quieren la muerte del Islam o aún como miembros del Frente Polisario (que por otra parte no ha sido jamás parecido al 20-F).

Todas estas maniobras para romper el movimiento. El poder intenta -en vano- crear divisiones internas jugando con la diversidad política que compone al movimiento. Pero los jóvenes militantes hacen recordar lo contrario, que el 20-F permite reunir en una misma mesa a un militante de la izquierda radical y a uno del Islam radical o moderado.

Muchas ideologías están presentes en el 20-F pero ésta reivindica una independencia política total. Todo el mundo habla en su propio nombre, no en nombre de un partido o de un sindicato. Estos últimos se reagrupan en los comités de apoyo del 20-F presentes en cada ciudad y permiten mantener económicamente al movimiento, o de poner en disposición el material para las manifestaciones o los lugares para las reuniones.

La organización parece funcionar muy bien. Y los tres jóvenes insisten en el hecho de que el movimiento no está listo para terminarse. El proyecto de constitución que se votará el próximo 1 de julio por referéndum está lejos de ser conveniente para el movimiento: no cambiará en nada la situación y no hace más que perpetrar y reforzar la monarquía. Agregan para concluir el evento: “Después del referéndum será una nueva etapa que comenzará para el movimiento. Esperamos una represión mucho más feroz, pero vamos a continuar luchando hasta obtener una democracia real”.

Traducción por Natalia Lerin. 

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